BIG NUTRICION

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lunes, 17 de septiembre de 2012

El mito de los productos light/¿Por qué son tan ricas?


¿Magdalenas o donuts?

Esta pregunta se hace muy frecuentemente en los Estados Unidos cuando la familia se reúne alrededor de la mesa para desayunar. También es así aquí, cuando pasamo

s delante de los puestos de bollería del supermercado y nos viene el antojo de dulce. Aquellos a los que les importan los efectos positivos y negativos que los alimentos tienen sobre la salud, elegirán las magdalenas, sin pensarlo demasiado. Pero, ¿a qué se debe tan ingenua elección? La clave está en el etiquetado de los productos.

Veamos.


Las magdalenas bajas en grasa o light-una elección aún peor.


Está claro que a todos nos llama la atención un bollo, que además de ser dulce y de que se deshace en la boca, es sano y no engorda. Sin embargo la realidad es bien distinta de como nos lo quieren vender las marcas.


¿A qué se debe el sabor “casi igual” de las magdalenas light?


El primero en hacer alusión al mito de las magdalenas light fue Dr. Walter Willett, el jefe del Departamento de Nutrición de la Escuela de Salud Pública de Harvard. Dice, que la grasa que contiene un alimento consigue resaltar los sabores. Puesto que las magdalenas light tienen un contenido de grasa muy reducido, para conseguir la misma intensidad de sabor que las normales, se necesita emplear más cantidad de azúcar y sal. Este tipo de magdalenas se elaboran generalmente a base de harina refinada que es utilizada muy rápidamente por nuestro cuerpo. ¿Qué es lo que pasa a continuación? Pues que sube el nivel de glucosa en la sangre y después baja otra vez. De modo que después de tomar una de estas magdalenas tendrás mucha más hambre y la cantidad glucosa que de repente „se dispara” en nuestro organismo como consecuencia de las cantidades extra de sal y azúcar, ésta se acumula más fácilmente en las reservas de grasa de nuestro cuerpo.

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